Prostitución

De Madripedia
Saltar a: navegación, buscar

La prostitución en una gran ciudad como Madrid es un fenómeno permanente a lo largo de la historia. Algunos investigadores la consideran una forma primitiva y específica de lucha de la mujer por su subsistencia, otros una respuesta a la represión sexual existente en la sociedad, otros una formada dominación característica de la sociedad patriarcal: la mujer aparece como un instrumento del placer de los hombres, un paliativo a sus frustraciones y un desagüe de virilidades.

Existe una doble moral que por un lado mantiene y tolera la prostitución como una institución social necesaria e inevitable y por otro estigmatiza y desprecia a las prostitutas. En este sentido es paradigmática la famosa frase de San Agustín: «Las prostitutas son a la ciudad lo que una cloaca al palacio. Suprimid esta cloaca y el palacio entero se convertirá en un lugar infecto». Sea como sea, a pesar de su persistencia, es un fenómeno en constante cambio tanto en sus regímenes jurídicos y consideración como en sus formas de ejercicio y en su geografía y extensión.

A principios del siglo XX persistía aún en España el régimen regulacionista. Éste parte de la idea de que la prostitución es un mal necesario que se debe controlar y canalizar en lugar de prohibirlo, coincidiendo con el descubrimiento de los agentes causales y de la transmisión de las enfermedades venéreas y el auge de las ideas higienistas. Establecía el control policíaco y sanitario de las prostitutas y la existencia de establecimientos especiales dirigidos por proxenetas tolerados por el Estado y las comunidades locales. La prostitución madrileña respondía aún a la visión decimonónica de las «casas de tolerancia» regidas por «madamas» o rufianes en la sombra, con su clientela fija y sus alegres pupilas. Imagen edulcorada y manoseada por la literatura de la época y el cine posterior. Coexistía con las prostitutas de altos vuelos, artistas de varietés y demi-mondaines, que ejercían libremente una prostitución de lujo. Todo lo cual no impedía la existencia de la prostitución callejera que escapaba a toda regulación y se agrupaba por la tapias de la iglesia de los Jerónimos o la calle de las Naciones. También persistieron un tiempo las instituciones religiosas para la recogida y regeneración de estas mujeres descarriadas como la congregación de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.

A la propia percepción de los médicos sobre la inutilidad de los escasos controles sanitarios se añadió la campaña de la inglesa Josephine Butier a favor del abolicionismo, que, con argumentos jurídico-morales se propone abolir la explotación de la prostitución y limitarla basándose en el respeto a la persona y en la libertad. Las tesis a favor de abolir la reglamentación por inútil y degradante llegaron a España más tardíamente que a otros países debido a la menor industrialización y al retraso de los movimientos feminista y obrero. Durante el franquismo se pasó a un sistema de prohibicionismo, con represión de las personas que ejercían, organizaban o explotan la prostitución.

España es actualmente un país abolicionista, en el marco de las convenciones de las Naciones Unidas para la represión de la tratada personas y de la explotación de la prostitución ajena, así como «sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer». La postura abolicionista considera la prostitución como una formada esclavitud que no puede ser aceptada por nuestra sociedad. La mujer que la ejerce siempre lo hace forzada por otras personas o por sus condiciones de vida. Es fundamental luchar contra el proxenetismo y por supuesto contra el tráfico de mujeres y tomar medidas para la reinserción social de las prostitutas. Sin embargo, la prostitución en Madrid no ha dejado nunca de ser palmaria. La callejera se repartía tradicionalmente por el distrito Centro y más tarde por la zona de Azca. Por otro lado, existían multitud de clubes, barras americanas y otros locales de alterne, donde la prostitución se ejercía más o menos libremente desde los años sesenta.

En los últimos años nos encontramos un fenómeno aparentemente nuevo, un tipo de prostitución de mujeres y niñas extranjeras que es equiparable con la esclavitud sexual, sometida a redes de tráfico de personas. En realidad, el fenómeno es sólo nuevo por su magnitud y por su grado de crueldad y explotación ya que desde el siglo XIX existía un importante mercado internacional del sexo con redes de tráfico clandestino, la famosa «trata de blancas», así llamada para diferenciarla del tráfico de esclavos.

Extrapolando datos de Médicos del Mundo, podría decirse que actualmente en nuestra ciudad el 63% de las prostitutas son extranjeras, inmigrantes sin papeles, procedentes en su mayor parte de África, Centroamérica y países de Europa del Este. El perfil medio es el de una joven entre dieciocho y veinticinco años, con bajísimo nivel de escolarización, sin formación ni experiencia profesional, que ha sufrido violencia en su infancia, muchas veces con cargas familiares y con graves dificultades económicas en su país de origen.

Existe un evidente nexo entre inmigración, tráfico de personas y prostitución debida a la cada vez mayor extensión de mafias y redes dedicadas al trafico de mujeres y niños con una internacionalización del problema y una enorme cantidad de beneficios económicos en negro. Mafias conectadas con otros tráficos como drogas, armas u órganos.

En Madrid este tipo de prostitución forzada que equivale a esclavitud sexual es especialmente visible en Villaverde, Centro, Méndez Álvaro, Cuzco, Azca y en la Casa de Campo, hasta el cierre de ésta al tráfico). Las cifras son muy difíciles de establecer: se habla de unas tres mil mujeres sometidas a esta forma de prostitución en nuestra capital. En el último año sólo cien de ellas han podido escapar de las mafias que las introdujeron en Madrid y denunciar a los proxenetas, acogiéndose a la ley de testigos protegidos y a la ley de extranjería. Casi igual de visible es la existencia de locales cerrados o públicos, que disimulan su verdadera actividad con licencias para otros usos, como clubes de alterne y similares donde son recluidas las mujeres.

Junto a este tipo de prostitución forzada y mafiosa es llamativa la variada oferta sexual que se ofrece en las secciones de anuncios de los periódicos y a través de Internet y cuya conexión con redes de tráfico de mujeres y niños/as es muchas veces probable.

En Madrid, como en otras grandes ciudades, existen hombres y transexuales que ejercen la prostitución pero el porcentaje es pequeño comparado con el de mujeres. Según las cifras extrapoladas del estudio de Médicos del Mundo, sale el 14,3% serian hombres y 7,1% transexuales, contra 88, 6% de mujeres.

Referencia[ ]

  • ARNEDO, Elena. Prostitución, en Enciclopedia Madrid S.XX


Copyright
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
No es un artículo modificable ni está bajo licencias libres. Si eres el autor del mismo y quieres modificarlo, mándanos un correo