Virgen de la Consolación y de la Correa
La imagen de la Virgen de la Consolación y de la Correa, realizada por Gregorio Fernández, estuvo en el desaparecido convento de San Felipe el Real pero desapareció en un incendio en 1717. Pascual de Mena realizó una nueva imagen hacia 1773 y, que tras la desaparición del convento a causa de la desamortización de Mendizábal y pasar por diferentes iglesias, se halla en la actualidad en la parroquia de Santa María de la Esperanza, situada en la Ciudad de los Periodistas.
Para el origen de tan curioso nombre hay que remontarse a la fundación de los agustinos por parte de San Agustín, quienes llevaban sayal pardo con capucha y ceñidor de cuerda. El Papa, tras la protesta de los franciscanos por llevar el mismo atuendo, impuso a los agustino el color negro y una correa como ceñidor. Pero la leyenda cuenta que Santa Mónica, madre de San Agustín rezó a la Virgen pidiéndole que le comunicara a su hijo que vistiera de negro, tal como ella lo hizo cuando murió su esposo y padre del santo. Y la Virgen la "consoló" manifestándole que así vestía San Agustín. Santa Mónica le regaló a su hijo la correa que la Virgen llevaba cuando se le apareció a ella.