Virgen de los Desprecios
Virgen de los Desprecios, también llamada Nuestra Señora de los Desprecios.
A finales del siglo XVII, en la calle de Postas, en un portal, había un pequeño retablo con un lienzo de la Virgen de los Dolores. El portero de la casa, un zapatero remendón, se encargaba de su cuidado. Como las procesiones del Rosario, que salían del convento de Santo Tomás, no hacían escala cantando algún Ave María ante el pequeño altar de la calle de Postas, como era costumbre, y sí lo hacían sin embargo ante el portal de la casa de los Pérez de Soto, donde se veneraba una imagen de la Concepción, el portero se sintió molesto por el desprecio que para él se hacía a su Virgen. Para desagraviarla, convenció a varios convecinos que se celebrara cada año el 15 de septiembre, el día de los Dolores Gloriosos, una función a dicha imagen en la iglesia de Santa Cruz. Desde entonces, el pequeño cuadro pasó a ser conocido como Nuestra Señora de los Desprecios, siendo el Hermano Mayor el zapatero. Cuando en 1869 se derribó la citada iglesia de Santa Cruz, el cuadro se trasladó a la iglesia de San Nicolás.