Transporte Urbano
El transporte constituye una cuestión clave y de extraordinaria complejidad en cualquier gran metrópoli. Para valorar la magnitud de la movilidad de los madrileños baste decir que cada día realizan 6,1 millones de viajes, incluyendo los de carácter peatonal (datos de 1996), lo que supone aproximadamente dos viajes por persona. Los desplazamientos por motivo de trabajo (37,8%), estudio (24,3%) y compras (11,8%) son los más numerosos. En los viajes mecanizados (3,5 millones), el transporte público (con un 65,4%) supera ampliamente al transporte privado (34,6%). En el conjunto de la región metropolitana, transporte público (54%) y privado (46%) están casi igualados.
La movilidad en el municipio de Madrid no puede analizarse sin tener en cuenta los municipios de su entorno, con los que mantiene una intensa interacción espacial. La configuración de los flujos es marcadamente centrípeta: Madrid (especialmente los distritos centrales, que tienen más del doble de empleos que población ocupada) se comporta como gran polo de atracción de viajes, lo que provoca a diario unos 750.000 viajes desde la corona metropolitana, de los cuales casi la mitad se realizan en transporte privado.
El viario madrileño es una amalagama de elementos heredados de otras épocas que coexisten junto con realizaciones recientes, y existe evidente contraste entre la angosta e irregular trama del casco, el trazado ortogonal del ensanche, el desorden urbanístico de algunos barrios del extrarradio y el viario planificado de los nuevos desarrollos. En la almendra central destacan algunos ejes capaces de canalizar grandes intensidades de tráfico, particularmente la Castellana y el cinturón de rondas que rodea el ensanche. En la periferia, el viario de gran capacidad tiene estructura radioconcéntrica, articulándose mediante autovías radiales conectadas entre sí por circunvalaciones (M30, M40 y M45); unas y otras sirven a la descentralización de la actividad económica: parques empresariales, polígonos y parques industriales y nuevas superficies comerciales y de ocio jalonan estas vías de gran capacidad.
Como en otras grandes ciudades, la congestión circulatoriajes uno de los grandes problemas y, en este contexto, el transporte público juega un papel esencial. Entre 1985(fecha de la creación del Consorcio Regional de Transportes de Madrid) y el 2000 la demanda de transporte público ha pasado de 950 a 1.486 millones de viajes anuales. En estos quince años se han mejorado las infraestructuras y del material móvil, y la puesta en marcha de la Tarjeta de Abono de Transporte -permite la utilización ilimitada de toda la oferta de transporte público previo pago de una cantidad fija mensual o anual- ha estimulado el uso del transporte público.
La demanda de transporte público en el municipio de Madrid se atiende mediante el metro y los autobuses urbanos. Los tranvías, que ocuparon un lugar privilegiado en el transporte de superficie, primero tirados por caballerías y luego con tracción eléctrica, desaparecieron en torno a 1970. El metro, que comenzó a funcionar en 1919, cuando Alfonso XIII inaguró la línea Puerta del Sol-Cuatro Caminos (con ocho estaciones), después de muchas vicisitudes (la compañía fue intervenida en 1978 y pasó a titularidad pública en 1986), su red ha llegado a convertirse en una de las mayores de Europa. En cuanto a los autobuses urbanos, su funcionamiento se remonta a 1924, fecha en que comenzó la primera línea, compitiendo con los tranvías. Red, entonces, marcadamente radial, pronto adoptó mayor complejidad, extensión y densidad, hasta cubrir prácticamente todo el municipio. Hoy 184 líneas cubren algo más de 3.000 km y 8.500 paradas. La prestación de este servicio corresponde a la Empresa Municipal de Transportes (EMT, que diariamente transporta algo más de dos millones de viajeros, aproximadamente igual que el metro. Existen carriles sólo-bus en las principales arterias de la ciudad.
Junto a metro y autobuses urbanos para desplazamientos en el interior del municipio de Madrid, la oferta de transporte público se completa con los servicios de ferrocarril de cercanías (empresa estatal Renfe) y de los autobuses interurbanos (diversos operadores privados), que atienden las relaciones de Madrid con su entorno metropolitano. Se han construido intercambiadores de transporte en Aluche, plaza de Castilla, Moncloa, Príncipe Pío y avenida de América para facilitar a los viajeros la conexión entre los autobuses interurbanos y el metro. Esta cuestión (las relaciones de Madrid con su cinturón metropolitano) cobrará importancia todavía mayor en los próximos años, habida cuenta del extraordinario dinamismo que presenta el entorno de Madrid.
Fuente de la primera versión: Artículo de la Madrid Siglo XX. Enciclopedia, autor Javier Gutiérrez Puebla