Topografía
El territorio incluido en el municipio de Madrid puede definirse en su práctica totalidad como en sistema de lomas y vaguadas modeladas sobre una rampa muy suavemente inclinada hacia el SE, que enlazaba los relieves meridionales de la Sierra de Guadarrama con el centro de la cuenca del Tajo. El establecimiento y desarrollo sobre esta superficie de una red fluvial articulada en torno a los ríos Manzanares y Jarama ha dado Lugar a la apertura de los valles que, junto con las divisorias que los separan, constituyen en la actualidad los componentes topográficos de primer orden en el entorno de Madrid. Dentro de este ámbito, el término municipal de Madrid se localiza en un 76% dentro del valle del Manzanares (un 44% en su margen izquierda y un 32% en su margen derecha), correspondiendo el 24% restante a la vertiente occidental (margen derecha) del valle del Jarama. Por lo que se refiere a la superficie construida de la ciudad, el predominio del valle del Manzanares y en concreto de la vertiente de su margen izquierda es más acusada: en esta última se localiza el 62% de la mancha urbana, quedando el 23% en la vertiente derecha del mismo y sólo el 15% restante en el área que vierte al río Jarama.
La máxima altura que se registra en el conjunto del territorio municipales de 860 m. y corresponde a su extremo noroccidental (ladera de Los Peñascales), único lugar donde se aprecia la transición del suave relieve de la cuenca con la accidentada topografía montañosa de la sierra; la mínima es de 545 m. y se sitúa en el punto en el que el cauce del Manzanares cruza el borde meridional del término. Dentro del área urbana las mayores alturas se registran en el antiguo pueblo de Fuencarral y en Valdelatas, y apenas rozan los 770 m.; las mínimas, por su parte, corresponden al cauce del Jarama en las proximidades del aeropuerto de Barajas (555 m.). Tanto en el conjunto del municipio como en el área urbana de Madrid, casi las tres cuartas partes de la superficie se sitúan en el intervalo altitudinal 600-700 m. y la altura media sobrepasa ligeramente en ambos casos los 650 metros.
En la vertiente de la margen derecha del Manzanares se suceden de N a S nueve lomas y ocho vaguadas paralelas entre sí y perpendiculares al trazado del río. Las más septentrionales de ellas —loma de Velada, vaguada del arroyo de Manina, loma de la Atalayuela, vaguada del arroyo de la Trofa, loma de la Zarzuela, vaguada del arroyo de la Zarzuela, loma de Aravaca, vaguada del arroyo de Pozuelo y loma de la Estación de Aravaca— quedan dentro del recinto del Monte de El Pardo o sirven de asiento a las áreas residenciales del NO de la capital; las situadas en el tramo central —vaguada del arroyo de Antequina, loma de Garabitas y vaguada del arroyo Meaques— constituyen el gran parque de la Casa de Campo; y las más meridionales —loma de los Carabancheles, vaguada del arroyo de Pradolongo, loma tabular de Usera-Orcasitas, vaguada del arroyo de Butarque y loma tabular de Villaverde Alto—están ocupadas por las barriadas populares del SO de Madrid.
Al otro lado del río, cuyo lecho se encuentra enmarcado por una franja plana o levemente escalonada, dentro de la que se distinguen una ribera alta correspondiente al Monte de El Pardo, sin apenas urbanización, y una ribera baja ubicada dentro de la mancha urbana, se extiende la vertiente izquierda del valle del Manzanares. En ella la pauta topográfica normal registra una anomalía significativa: mientras en su parte septentrional las lomas de la Cabaña del Rey, de Torrelaparada y de Somontes y las vaguadas de los arroyos de Tejada, de la Nava y del Fresno —correspondientes al Monte de El Pardo y a sus bordes parcialmente urbanizados— muestran una disposición básicamente perpendicular al trazado del río, en su tramo centro-meridional, donde se ubica la mayor parte de la superficie construida de la capital, tres lomas y las dos vaguadas que las separan se disponen paralelamente al río en dirección N-S.
En la loma longitudinal más próxima al Manzanares, a la que se ha denominado loma de Madrid porque en ella se asentó el recinto amurallado inicial de la ciudad, se encuentran los barrios del casco antiguo. La vaguada dula Castellana-Prado, sobre cuyo fondo se desarrolla en la actualidad el eje viario más importante del área urbana (Castellana-Recoletos-Prado), la separa de la segunda loma, a la que se ha dado el nombre de Salamanca-Retiro y en la que se localizan los barrios del Ensanche. Inmediatamente al Ese abre la amplia vaguada del arroyo Abroñigal, encima de cuyo antiguo cauce se ha construido una gran parte de la autovía de circunvalación M-30, y tras ella se levanta la tercera y más elevada de las lomas longitudinales cubiertas por la actual mancha construida de Madrid: la loma de Ciudad Lineal-Vicálvaro, que coincide con la divisoria de aguas entre el Manzanares y el Jarama, y en la que se suceden de N a S diversos barrios del extrarradio oriental de la ciudad.
En su extremo meridional la organización topográfica de la vertiente izquierda del valle del Manzanares recupera su pauta topográfica normal de vaguadas y lomas perpendiculares al trazado del río. Pero estas últimas presentan aquí una notable anchura y una configuración claramente amesetada, apareciendo accidentadas por pequeños cerros. La primera de éstas es la loma tabular de Moratalaz-Vallecas, en la que se localizan los populosos barrios de mismo nombre. La segunda, separada de la anterior por la suave vaguada del arroyo de la Gavia y a la que se ha denominado loma tabular de Cañada Real-Valdemingómez, corresponde a los confines surorientales del término aún muy escasamente urbanizados.
El valle del río Jarama es el último de los grandes elementos topográficos de los que participa el término municipal de Madrid, quedando dentro de los límites de éste un pequeño tramo de la margen occidental de su vega (vega de la dehesa de Barajas), junto con dos vaguadas y una ancha loma ubicadas en su vertiente derecha. Mientras la vaguada de Valdebebas, más septentrional y extensa, se mantiene como un ámbito básicamente agrario, la más meridional y corta vaguada de Rejas acoge una prolongación de la mancha urbana madrileña en la que se combinan unidades residenciales e instalaciones industriales. Por su parte, la loma de Barajas —que desciende suavemente hacia el E desde los confines del barrio de Hortaleza hasta la vega del Jarama— sirve de asiento a las pistas y ala mayor parte de las instalaciones del aeropuerto internacional, así como al antiguo núcleo de población del que toma su nombre y a las unidades residenciales y de servicios construidas en sus proximidades.
También se integra en la vertiente derecha del valle del Jarama la prolongación nororiental del municipio de Madrid conocida como Monte de Viñuelas. Este apéndice prácticamente desconectado del resto del término corresponde desde el punto de vista topográfico al tramo medio de la vaguada abierta por el arroyo del Bodonal y a un conjunto de vaguadas menores que a él afluyen. Al igual que el inmediato Monte de El Pardo las vaguadas de Viñuelas constituyen un espacio natural protegido carente de usos urbanos.
Así pues, el territorio del municipio de Madrid está constituido por dieciocho lomas (las más meridionales de las cuales muestran culminaciones francamente amesetadas) y diecisiete vaguadas. Uniendo a ellas las franjas planas que enmarcan el lecho de los dos ríos («ribera» alta y baja del Manzanares y «vega» de la margen derecha del Jarama), así como el pequeño sector de ladera montañosa de Los Peñascales, puede decirse que dicho territorio consta de treinta y nueve unidades topográficas, de las cuales diecisiete corresponden a espacios naturales o agrarios, seis están minoritariamente urbanizadas y otras dieciséis se encuentran total o mayoritariamente ocupadas por la mancha urbana de la capital.
Referencia[ ]
- MÚÑOZ JIMÉNEZ, Julio. Topografía, en Enciclopedia Madrid S.XX
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
No es un artículo modificable ni está bajo licencias libres. Si eres el autor del mismo y quieres modificarlo, mándanos un correo