Real Jardín Botánico de Madrid

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El Real Jardín Botánico, fundado en 1755 en el Soto de Migas Calientes y trasladado en 1781, al Paseo del Prado, está situado junto a la pinacoteca del Museo del Prado. Alberga en tres terrazas escalonadas, plantas de América y del Pacífico, además de plantas europeas.

Puerta Real del R.J.B. (F. Sabatini, 1781).

Historia[ ]

Preámbulos[ ]

Felipe II creó el jardín botánico a instancias del médico Andrés Laguna, junto al Palacio Real de Aranjuez. Más tarde Fernando VI instaló en la capital el jardín botánico, situándolo en la Huerta de Migas Calientes (actualmente Puerta de Hierro, a orillas del río Manzanares) en 1755, creando así el Real Jardín Botánico. Contaba con más de 2000 plantas, recogidas por José Quer, botánico y cirujano, en sus numerosos viajes por la Península Ibérica u obtenidas por intercambio con otros botánicos europeos. La continua ampliación del jardín llevó a que Carlos III diera instrucciones en 1774 para trasladarlo a su actual emplazamiento en el Paseo del Prado, dentro del programa de ordenación del Salón del Prado y Atocha.

El Conde de Floridablanca, primer ministro de Carlos III, puso especial interés en el traslado del Jardín al prado viejo de Atocha. No sólo porque permitiría embellecer el proyecto del Salón del Prado, sino, sobre todo, porque serviría como un símbolo del mecenazgo de la Corona con las ciencias y las artes. No hay que olvidar que en esta zona del Salón del Prado se ubicarían además del Real Jardín Botánico, el Gabinete de Historia Natural (posteriormente Museo del Prado) o el Observatorio Astronómico. Uno de los científicos que estuvo en el proyecto de creación del Real Jardín Botánico fue el Dr. D. Casimiro Gómez Ortega, nacido en Añover de Tajo (provincia de Toledo), localidad próxima a Aranjuez y ribereña del Río Tajo.

Inauguración[ ]

El primer proyecto del nuevo jardín fue encomendado al arquitecto Francesco Sabatini, que entre 1774 y 1781 (año de la inauguración) realizó la traza inicial, con una distribución en tres niveles, y parte del cerramiento, en el que destaca la Puerta Real (Paseo del Prado). Sobre esta base, entre 1785 y 1789 Juan de Villanueva realizó un segundo y definitivo proyecto, más racional y acorde a la función científica y docente que debía tener el jardín. Éste ocupaba una superficie de 10 hectáreas distribuidas en tres niveles aterrazados que se adaptaban a la orografía del terreno, dispuestos en forma de cuarteles cuadrados, siguiendo un trazado octogonal y rematados en las esquinas con fuentes circulares. Las dos inferiores (Terraza de los Cuadros y Terraza de las Escuelas Botánicas) permanecen hoy en día tal cual fueron construidas, mientras que la superior (Terraza del Plano de la Flor) fue remodelada en el siglo XIX con rasgos ajardinados. El recinto estaba cerrado por una elegante verja de hierro asentada sobre piedra (obra de José de Muñoz) y contaba con dos puertas de acceso: la ya citada Puerta Real de Sabatini, de corte clásico con columnas dóricas y frontón, y otra secundaria, diseñada por Villanueva, enfrente del Museo del Prado, por donde actualmente se accede al recinto (actual Plaza de Murillo).

También contaba con estufas, semilleros e instalaciones para los enseres de mantenimiento y labor. En origen se construyó un pabellón de invernáculos llamado Pabellón Villanueva, obra singular dirigida por el arquitecto real, pero en cuya construcción pesaron más los criterios estéticos que los científicos, por lo que ya desde principios del siglo XIX fue abandonando el uso para el que estaba destinado, para acoger la biblioteca, herbarios y las aulas necesarias para las cátedras de botánica y de agricultura.

El Jardín se convirtió en el receptor de los envíos de las expediciones científicas que auspició la Corona en este período. Entre el siglo XVIII y XIX participó en el desarrollo de al menos cinco expediciones científicas, entre ellas destacan la expedición Botánica a Nueva Granada (actual Colombia) cuyo director fue el célebre José Celestino Mutis, la Expedición Botánica a Nueva España (actual México), de los botánicos Martín Sessé y José Mariano Mociño, la Expedición alrededor del Mundo de Alejandro Malaspina y la Comisión Científica del Pacífico, ya en el siglo XIX.

El Jardín recibió durante esta época dibujos, semillas, frutos, maderas, plantas vivas y principalmente pliegos de herbario, que contribuyeron a acrecentar sus colecciones científicas y biblioteca.

El siglo XIX[ ]

A comienzos del siglo XIX el jardín botánico se había convertido en uno de los jardines botánicos más importantes de Europa, gracias fundamentalmente a las colecciones científicas que albergaba y a la labor de su director Antonio José Cavanilles. Además de su uso científico, el jardín solía ser frecuentado durante la primavera y el verano por la alta sociedad y proporcionaba gratuitamente al público plantas medicinales. Sin embargo, la Guerra de la Independencia trajo al jardín años de abandono, que se prolongarían durante el primer tercio del XIX, a pesar de los esfuerzos de su director en aquel momento Mariano Lagasca.

En 1857, siendo director del jardín Mariano de la Paz Graells, zoólogo y también director del Museo de Ciencias Naturales, se realizaron importantes reformas que aún perduran, como la estufa fría que lleva su nombre y la remodelación de la terraza superior. También en esa época se instaló un zoológico, que doce años más tarde se trasladó al Jardín del Buen Retiro (donde se conocería como Casa de Fieras).

Durante el periodo de Graells, el Mº de Fomento organizó la que sería la última expedición científica a América, la Comisión Científica del Pacífico, en 1862. Los naturalistas Isern, Amor y Jiménez de la Espada bordearon el continente de Brasil a California y luego siguiendo la ruta de Orellana atravesaron la cuenca del Amazonas. Dejaron como testimonio un importante herbario que se conserva en el Botánico y una colección con multitud de especímenes geológicos, zoológicos y etnológicos que tras ser expuesta en Madrid, al término de la expedición, fue distribuida entre diversas instituciones de nuestro país, así como abundante documentación fotográfica.

Sin embargo, en la década de los años ochenta de ese siglo, el jardín ve mermada su superficie. En 1882 se segregan dos hectáreas para construir el edificio que actualmente ocupa el Ministerio de Agricultura. En 1893, se abre la cuesta de los libreros (actual Cuesta de Claudio Moyano) perdiéndose un extremo del cuerpo principal del jardín, con lo que su superficie queda reducida a las ocho hectáreas actuales.

El siglo XX[ ]

La llegada del siglo XX, trajo nuevos aires al Real Jardín Botánico, que empezó a destacar en el campo de la Micología. A partir de los años 20 y 30, final de la monarquía y durante la II República, el Jardín se beneficia de la actividad de la Junta para la Ampliación de Estudios. Durante este periodo se le dotó de un reglamento y se realizaron mejoras para acondicionar el Pabellón Villanueva para albergar el aula de botánica y la biblioteca, además se reedificaron las alas traseras para incluir semilleros, laboratorios, etc. También se añadió una nueva planta al edificio para que acogiera laboratorios, herbarios, etc.

Durante la Guerra Civil el Jardín languideció y a sobrevivió entre penurias. Lo más destacables es que lo mejor de su colección de archivo fue empaquetado y conservado junto a los fondos del Prado, para impedir su destrucción en un eventual bombardeo. La figura más destacada del Jardín en este periodo fue la del gran botánico José Cuatrecasas Arumi, especializado en botánica tropical.

En 1939, el Real Jardín Botánico pasa a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En 1942 es declarado Jardín Artístico. Sin embargo, siguen décadas de penuria y abandono hasta que es cerrado en 1974 para abordar profundas obras de restauración, que acabaron devolviéndole su estilo original. Las obras se llevaron a cabo entre 1980 y 1981, encargándose el arquitecto Antonio Fernández Alba de la remodelación del pabellón, y el arquitecto Guillermo Sánchez Gil junto al paisajista Leandro Silva de devolver a los jardines su trazado original en niveles aterrazados.

Aproximadamente contiene 5.000 diferentes especies de árboles y plantas de todo el mundo. En febrero de 2005, el Real Jardín Botánico amplió su espacio expositivo en 1 ha.

Exposición de plantas[ ]

Las plantas vivas expuestas al público se disponen en tres terrazas, aprovechando el desnivel del terreno.

Terraza de los Cuadros[ ]

Es la terraza situada más abajo, y la más espaciosa de todas, aquí se encuentran las colecciones de plantas ornamentales, medicinales, aromáticas y de huerta dentro de los cuadros geométricos formados con arriates vegetales, con pequeñas fuentes (fontines) como el eje central de los cuadros. Al final del paseo central de esta primera terraza se encuentra la rocalla.

Terraza de las Escuelas Botánicas[ ]

Esta segunda terraza es un poca más pequeña que la anterior. En esta terraza se muestra la colección taxonómica de plantas. Ordenadas filogenéticamente por familias, se sitúan alrededor de doce fuentes. Se puede hacer un recorrido por el reino vegetal desde las plantas menos diferenciadas evolutivamente a las más derivadas.

Terraza del Plano de la Flor[ ]

Ésta es la terraza más elevada y un poco más reducida, con un estilo romántico. En esta zona hay una gran variedad de árboles y arbustos. En la parte central de la terraza se encuentra un busto de Linneo y un estanque, justo detrás se sitúa el Pabellón Villanueva, edificado en 1781 como invernáculo, y que actualmente se dedica como galeria de exposiciones temporales. Está bordeado por un emparrado de hierro forjado, construido en 1786.

En el flanco norte de esta terraza se sitúan el invernadero Graells, una estructura del siglo XIX, donde encontramos plantas tropicales, acuáticas y briófitas. Junto al anterior se encuentra el invernadero mayor y más moderno, el de Exhibición que se encuentra dividido en su interior en tres ambientes de diferentes exigencias de temperatura y humedad, (tropical, templado y desértico).

Terraza alta ó de los Laureles[ ]

Esta terraza añadida como ampliación del Jardín en 2005, es de dimensiones bastante más reducidas que las anteriores y está detrás del Pabellón Villanueva. Destinada a albergar colecciones especiales, aquí se encuentra la colección de Bonsáis.

Equipamientos[ ]

  • La biblioteca

La biblioteca del Real Jardín Botánico se formó al mismo tiempo que el jardín se acrecentaba. En 1781 tenia unas 151 obras de las cuales 83 eran de Botánica, 19 de Historia Natural y 49 de Química; en 1787 se acercan al millar, después de ser agregados los libros de José Quer; en 1801 son ya unas 1500, después de la adquisición de los de Antonio José Cavanilles; más tarde se les sumarían algunos de Simón de Rojas Clemente, los de Mariano Lagasca, etc.

En lo que respecta al archivo, guarda desde 1775 la abundante documentación generada por el propio Jardín, más la que se ha ido agregando, por depósito o donación, de las distintas expediciones botánicas de los siglos XVIII y XIX. El primer catálogo, "Índice de los Manuscritos, Dibujos y Láminas del Real Jardín botánico", es de 1815 y lo hizo Simón de Rojas Clemente, entonces su bibliotecario.

Actualmente la biblioteca consta de unos 30 000 libros de todo lo relacionado con la Botánica, 2075 títulos de publicaciones periódicas, unos 26 000 folletos o tiradas aparte, 3000 títulos en microfichas, 2500 mapas. Cuenta con las instalaciones y aparatos adecuados para la consulta en Internet, lectura y reproducción, en papel, de microfichas y microfilms, fotocopiado de libros y revistas y escaneado cenital.

La biblioteca y el archivo se encuentran en la planta baja del edificio de investigación del Real Jardín Botánico, y se accede por la calle de Claudio Moyano.

  • El herbario

Se trata del herbario más importante de España, al reunir cerca de un millón de pliegos, algunos que datan del siglo XVIII. Está formado por: el herbario de Fanerogamia, el herbario de Criptogamia y las colecciones históricas. Éstas están formadas por las plantas recolectadas en las expediciones científicas realizadas durante los siglos XVIII y XIX e incluyen los herbarios americanos de Ruiz y Pavón, Mutis, Sessé y Mociño, Neé, Boldo e Isern y los herbarios filipinos de Blanco y Llanos y el de Vidal.

  • Edificio de investigación del Real Jardín Botánico

Dependiente del CSIC, se encuentra en una de las esquinas superiores del Jardín Botánico, con acceso directo a la calle Claudio Moyano. Siendo la sede en donde se desarrollan las tres tareas: Educativa, investigadora y de conservación, que se le asignan a cualquier Jardín Botánico.

  • Departamento de Micología

Desarrolla su investigación con profesionales que trabajan en taxonomía, nomenclatura, distribución, conservación y ecología de hongos.

  • Departamento de la Biodiversidad y Conservación

Trabaja en todo lo relacionado con la diversidad vegetal, en concreto de las plantas vasculares, tanto del ámbito mediterráneo como del tropical y subtropical. En la reconstrucción filogenética y estudio del papel evolutivo de la hibridación. En la biología de las plantas acuáticas. En la cartografía botánica, la conservación y gestión de zonas húmedas, la etnobotánica y la palinología.

  • Banco de Germoplasma

Desde su fundación el Jardín Botánico mantiene un intercambio de semillas con otras instituciones de todo el mundo. La relación de las semillas que se pueden intercambiar, se edita anualmente en una publicación llamada Index Seminum, que se distribuye a más de 500 jardines y centros de investigación. A partir de 1987 con la construcción de una cámara frigorífica se mejoraron las condiciones de conservación de las semillas, donde se pueden guardar a baja temperatura, desecadas y herméticamente cerradas. Esta mejora permitió ampliar el plazo de viabilidad de las semillas, por lo que se decidió realizar campañas de recolección por todo el estado. Estas semillas de origen natural conocido, se conservan para largo plazo, y constituyen el Banco de Germoplasma.

  • Anales del Jardín Botánico de Madrid

De este modo se denomina la revista que edita el Jardín Botánico, y que publica artículos sobre taxonomía y sistemática vegetal y fúngica y campos relacionados, como biogeografía, bioinformática, conservación, ecofisiología, filogenia, filogeografía, florística, morfología funcional, nomenclatura o relaciones planta-animal, incluyendo trabajos de síntesis y revisión. La revista envía información sobre las nuevas especies publicadas para que sean incluidas en las bases de datos TROPICOS (plantas vasculares; briófitos), International Plant Name Index ó IndexFungorum.

Gonzalo Nieto es el director del Real Jardín Botánico. Especialista en flora orófita, biosistemática y cladística, es una persona que conjuga su enorme capacidad científica con la adecuada sensibilidad sobre la función educativa del Real Jardín Botánico.

Bibliografía[ ]

  • ARMADA, Juan; CASTROVIEJO, Santiago. Real Jardín Botánico de Madrid. Madrid: Avapiés: Fundación Caja Madrid, 1994. 94 p. : il. ISBN 84-86280-82-6
  • CANTERO DESMARTINES, Fco Javier; LÓPEZ LILLO, Antonio. Árboles Singulares de Madrid. Madrid: Comunidad de Madrid, 1995. 2ª ed. 787 p. : il. ISBN 84-451-1094-2
  • GÓMEZ CENTURIÓN, Pilar. Real Jardín Botánico de Madrid: un jardín ilustrado. Textos Pilar Gómez Centurión; fotografías Pilar Gómez Centurión, Oscar Masats, Pablo Linés. Madrid: Caja Madrid: Lunwerg, 1999. 126 p. : il. ISBN 84-95321-05-X
  • Guía del Real Jardín Botánico: con un catálogo de árboles y arbustos. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones científicas, 1991. 63 p. : il. ISBN 84-00-07170-0
  • LAFUENTE, Antonio. Guía del Madrid científico. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid: CSIC: Ediciones Doce Calles, 1998. XIII, 240 p. : il. ISBN 84-451-1387-9


Galería de vídeos[ ]

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elhogarnatural.com[ ]

Enlaces externos[ ]


Fuentes[ ]

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