Panorama urbano

De Madripedia
Saltar a: navegación, buscar
Skyline del centro histórico de Madrid en 2006, desde la Casa de Campo. Las construcciones más elevadas son la Torre de Madrid y el Edificio España. En el centro de la imagen asoma el Edificio Telefónica y, a la izquierda, el Palacio Real, la Plaza de la Armería y la Catedral de la Almudena.
Vista suroccidental de Madrid con algunos de sus rascacielos más característicos. Los edificios más altos corresponden (de izquierda a derecha) a la Torre Picasso, a las Torres de Colón, a la Torre del BBVA, a la Torre Europa y a la Puerta de Europa, conformada, esta última, por dos torres inclinadas. La imagen fue tomada en 2005, cuando aún no estaban construidas las Cuatro Torres Business Area, con alturas superiores a los 220 m.

El panorama urbano (o skyline) de la ciudad no sólo queda definido por sus rascacielos y torres, visibles desde todos los lados del núcleo urbano, sino que, a diferencia de otras ciudades, también pueden ser visualizados, a modo de skyline, algunos de los principales edificios histórico-artísticos de la capital española (caso del Palacio Real, de la Catedral de la Almudena y de la Basílica de San Francisco el Grande).

Pese a su menor altura y su emplazamiento en pleno centro, estos monumentos pueden ser contemplados desde la cara oeste de la villa, gracias a que están situados sobre un promontorio, junto con tres rascacielos erigidos en el siglo XX, dentro del casco viejo (el Edificio Telefónica, 88 m; el Edificio España, 117 m; y la Torre de Madrid, 142 m).

Fuera del centro histórico, el skyline madrileño queda configurado por el complejo Cuatro Torres Business Area, situado en la parte septentrional de la ciudad, y el centro financiero y comercial AZCA. El primero impone en el horizonte altitudes que van desde los 223 m de la Torre Espacio hasta los 250 m de la Torre Caja Madrid. En el segundo, sobresalen la Torre Picasso (157 m), la Torre Europa (121 m) y la Torre del BBVA (107 m).

A ellos se añaden, por la singularidad de su silueta, las dos torres inclinadas de Puerta de Europa (114 m) y la torre de comunicaciones Torrespaña (231 m).


El 'skyline' del centro histórico[ ]

El 'skyline' occidental[ ]

Dibujo de 1562 de Anton Van der Wyngaerde, que puede ser considerado como el primer skyline madrileño. Se plasma la ciudad desde el oeste. El edificio más destacado de la imagen es el desaparecido Real Alcázar, situado a la izquierda.
En La pradera de San Isidro, Goya plasmó el skyline madrileño del último tercio del siglo XVIII, desde una perspectiva similar a la utilizada por Anton Van der Wyngaerde en el siglo XVI. A la izquierda de la imagen se aprecia el Palacio Real, levantado sobre el solar del antiguo Real Alcázar, y, a la derecha, la cúpula de San Francisco el Grande.
Panorámica del centro histórico de Madrid (año 2005), desde un ángulo similar al de las dos anteriores imágenes. De izquierda a derecha, la Torre de Madrid, el Edificio España, el Palacio Real, la arcada de la Plaza de la Armería y la Catedral de la Almudena. En la parte inferior de la imagen se aprecia el cimborrio de la Ermita de la Virgen del Puerto.

El valle del río Manzanares facilita una panorámica del centro histórico de la capital, que se encuentra entre las más características del skyline madrileño. El casco viejo se extiende alrededor de varias colinas, a cuyos pies se hallan diferentes barrancos (hoy suavizados tras sucesivas nivelaciones), que permiten divisar algunas de las edificaciones de mayor interés artístico de la ciudad.

Tal ubicación responde a la función defensiva desarrollada por la villa desde su fundación en el siglo IX, como una fortaleza musulmana, hasta prácticamente el siglo XVI, cuando la ciudad fue proclamada capital de España a instancias del rey Felipe II.

Las primeras pinturas de Madrid, que datan del siglo XVI, tomaron como referencia la riberas del Manzanares para reflejar el lado occidental de la ciudad. Es el caso del dibujo realizado por Antoon Van Den Wijngaerde en 1562, que puede considerarse como el primer skyline madrileño. En esta obra se aprecian las siluetas de los edificios religiosos y civiles del antiguo caserío medieval, entre las que destacan, por su magnitud, el Real Alcázar y la muralla cristiana.

El desarrollo urbano experimentado por Madrid en los siglos posteriores, sobre todo a partir de su designación como capital, fue alterando el primitivo skyline, con la aparición de nuevos edificios y la desaparición de otros.

Una de las transformaciones urbanísticas más profundas tuvo lugar en el siglo XVIII, con planes de ordenación fuera del núcleo fundacional de la ciudad (caso del Salón del Prado, levantado extramuros, en la parte oriental), pero también con actuaciones relevantes en el centro y, más en concreto, en la cornisa occidental, cuya panorámica cambió por completo.

El hecho que más contribuyó a modificar el skyline medieval y renacentista fue el incendio del Real Alcázar, acaecido en 1734 y que lo destruyó por completo. Apenas cuatro años después del suceso, se puso la primera piedra del Palacio Real, que ocupó su solar. Su diseño barroco, a partir de trazas clásicas, y sus tonos blancos, derivados del material calizo con que fue construido, se convirtieron en el eje central del perfil oeste de la villa. La edificación del palacio llevó aparejada la ordenación urbanística de su entorno, aspecto que también fue modelando el skyline de la ciudad por su cara occidental.

Madrid desde el mirador del Templo de Debod, en la montaña de Príncipe Pío. La fotografía fue realizada en 2007.
Imagen tomada desde el Parque de San Isidro, en el año 2007.

En el citado siglo, fue igualmente erigida la Basílica de San Francisco el Grande, concluida en 1784, en lo alto de un barranco próximo a Las Vistillas. Su cúpula de 33 m de diámetro introdujo un elemento circular en el skyline madrileño, que, dada su situación al sur del palacio, suponía un contrapunto al trazado rectilíneo de este último edificio. La nueva perspectiva fue reflejada por Goya en el cuadro La pradera de San Isidro.

La zona oeste de Madrid también fue objeto de diferentes planes urbanísticos a lo largo del siglo XIX, muchos de ellos localizados en el entorno inmediato del palacio. Se llevaron a cabo demoliciones de edificios e iglesias y en su lugar fue trazado un nuevo viario. Fruto de esta iniciativa fue la construcción de la calle de Bailén, de la Plaza de Oriente y de la Plaza de la Armería, esta última levantada al borde mismo del barranco formado por el valle del río Manzanares. Su arcada occidental quedó así integrada en el skyline, creando un eje que comunica longitudinalmente el Palacio Real con la Catedral de la Almudena, cuya primera piedra fue colocada en 1883.

Otra de las grandes obras decimonónicas fue el Campo del Moro. Estos jardines se levantaron a los pies de la fachada oeste del palacio, para lo cual fue necesario nivelar el terreno. Su arboleda, de aproximadamente veinte hectáreas, introdujo un nuevo elemento en el skyline, a modo de alfombra verde de los conjuntos monumentales anteriormente señalados. A ello hay que sumar el área forestal de la Casa de Campo, que ocupa una superficie de 1.722,60 hectáreas.

En el siglo XX se añadieron cuatro nuevas siluetas a la panorámica occidental de Madrid. Junto a San Francisco el Grande fue erigido el Seminario Conciliar; y entre la citada basílica y el Palacio Real se terminó de construir la Catedral de la Almudena, cambiándose el diseño neogótico original por un trazado con toques neoclásicos, que garantizaba una cierta continuidad de estilos con el palacio.

Al norte de estos edificios, se sitúan el Edificio España y la Torre de Madrid, que, desde la década de los cincuenta, cierran el contorno oriental de la Plaza de España, levantada, después de diferentes nivelaciones, sobre otro barranco, en las cercanías de la Cuesta de San Vicente. Estos rascacielos crean un nuevo juego de magnitudes y colores (principalmente los tonos rojizos del Edificio España) en el skyline de la parte occidental de Madrid.

El 'skyline' noroccidental[ ]

Madrid desde la Ciudad Universitaria, en una imagen de 2007.
Vista de Madrid desde la Clínica de la Concepción (año 2006).

Desde el parque de la Casa de Campo, no sólo es posible contemplar el lado oeste del centro de Madrid, sino también su cara noroccidental. Esta panorámica también es visible desde la Ciudad Universitaria y desde el entorno de las carreteras A-6 y M-500, recintos, todos ellos, ubicados a una altura menor que el casco urbano madrileño, ante la existencia de una amplia hondonada provocada por el valle del río Manzanares.

El conjunto monumental de la Plaza de España, del Palacio Real, de la Plaza de la Armería, de la Catedral de la Almudena y de San Francisco el Grande queda ampliado hacia el norte con nuevos edificios, construidos a lo largo del siglo XX. Entre éstos, sobresale el Ejército del Aire, que impone en el horizonte su silueta historicista, de clara inspiración escurialense.

A su lado, y dependiendo del lugar tomado como referencia para la panorámica, puede contemplarse el conjunto escultórico situado en la parte superior del Arco de la Victoria, formado una cuádriga romana. Este monumento, situado, al igual que el Ejército del Aire, en la Plaza de la Moncloa, fue ordenado construir por Francisco Franco para conmemorar su victoria en la Guerra Civil Española.

Pero los perfiles más singulares de este skyline los proporcionan el Faro de Moncloa y el edificio conocido como la Corona de Espinas. El primero es un mirador de 110 m de altura, erigido en 1992 durante el mandato del alcalde Agustín Rodríguez Sahagún; el segundo, que forma parte del complejo del Palacio de la Moncloa, es una construcción circular, que debe su nombre popular a las estructuras triangulares que coronan su parte superior.

También destaca en esta panorámica la Capilla Universitaria, concebida como la iglesia católica de la Ciudad Universitaria y que actualmente sirve de sede al Museo de América. Su torre, si bien queda empequeñecida por el impacto visual del Faro de Moncloa (que se encuentra en sus inmediaciones), destaca sobre éste por el color rojizo de sus materiales de construcción.

Al igual que el skyline occidental, el noroccidental ofrece la perspectiva de la alfombra verde que conforman las arboledas del Monte de la Zarzuela, de la Dehesa de la Villa, de la Ciudad Universitaria, del Palacio de la Moncloa y del Parque del Oeste.

El 'skyline' de los rascacielos[ ]

Vista nocturna del complejo AZCA desde la Calle de Juan de Olías (año 2004). Los edificios más altos son la Torre Europa, a la izquierda, y la Torre Picasso, en el centro, iluminada con tonos blancos.
El distrito de Chamartín en el año 2006. A la izquierda asoman las torres inclinadas de la Puerta de Europa y a la derecha, en construcción, las Cuatro Torres Business Area. Como de telón de fondo, la Sierra de Guadarrama.
Madrid desde el Hospital Ramón y Cajal] (año 2007). En primer término, las Cuatro Torres Business Area (en construcción) y a la derecha la Puerta de Europa.

Los primeros rascacielos madrileños fueron erigidos en pleno centro histórico, en el entorno de la Gran Vía, con lo que quedaron integrados de inmediato en el skyline occidental de la villa, coincidente con su casco viejo.

El Edificio Telefónica, concluido en 1929, se ubica en la zona más elevada de la Gran Vía, lo que, unido a su altura (88 m), permite que sea divisado desde diferentes ángulos. No es el caso de los dos rascacielos que presiden la Plaza de España (el Edificio España y la Torre de Madrid), levantados en los años cincuenta sobre una depresión del terreno. Ello no es impedimento para que ambos se hayan convertido en uno de los principales puntos de referencia del horizonte madrileño, con sus 117 y 142 m de altura, respectivamente.

A lo largo del último tercio del siglo XX, se fue configurando un nuevo skyline en la parte septentrional de la ciudad. La construcción de rascacielos se desplazó del centro histórico al Paseo de la Castellana, cuya disposición en rampa (esta vía salva una suave pendiente en todo su recorrido sur-norte) contribuye a la visualización en sucesión de los edificios.

Poco antes del arranque de esta avenida, en el lado occidental de la Plaza de Colón, se alzan las torres gemelas homónimas. A su considerable altitud (102 m) se añade la singularidad de su cubierta, conformada por una estructura verde, que une las dos torres. Se la conoce popularmente como el enchufe, por su similitud con la parte macho de una conexión eléctrica. Las Torres de Colón fueron inauguradas en 1976.

La edificación de rascacielos aislados dejó paso, a partir de los años ochenta, a la creación de grandes complejos. De esta época data AZCA, una manzana financiera y comercial, donde se concentran algunas de las altitudes más notables de Madrid. La Torre Picasso, terminada en 1988, es el edificio más alto de este centro, con 157 m. Sus tonos blancos, que permiten una rápida identificación sobre el horizonte madrileño, destacan sobre la pintura cobriza de la Torre del BBVA, con la que su arquitecto, Francisco Javier Sáenz de Oiza, quiso rendir homenaje a las industrias metalúrgicas de la ría de Bilbao, donde este banco tiene su sede principal. Fue finalizada en 1981 y mide 107 m de altura.

El skyline de AZCA se completa, entre otras construcciones, con la estructura multicilíndrica de la Torre Europa (121 m), inaugurada en 1985, y la traza rectangular, con cabecera curvada, de la Torre Mahou (105 m), abierta en 1989. También formaba parte del citado centro financiero y comercial la Torre Windsor (106 m), desaparecida en un incendio acaecido en 2005.

El siguiente complejo que abrió sus puertas en el Paseo de la Castellana fue el de las Torres Kio (también conocidas como la Puerta de Europa), situadas desde 1996 en la Plaza de Castilla. Se trata de dos torres de 114 m de altura, consideradas como los primeros rascacielos inclinados del mundo, cuyo inconfundible perfil añade un rasgo diferencial a las panorámicas de la ciudad.

Las últimas incorporaciones en el skyline de Madrid son las Cuatro Torres Business Area, que aún se encuentran en fase de construcción, donde se emplaza el edificio más alto de España, la Torre Caja Madrid (250 m). Junto a ella, se alinean la Torre de Cristal (249 m), la Torre Sacyr Vallehermoso (236 m) y la Torre Espacio (223 m).

Fuera del eje viario de la Castellana, se ubican otros complejos y rascacielos aislados, entre los que cabe citar la Torre de Valencia (94 m), levantada junto al Parque del Retiro, y las Torres Blancas (71 m), en la Avenida de América, con una estructura a base de cilindros.

En la parte oriental de la ciudad, se eleva Torrespaña, una torre de comunicaciones, donde están instaladas diferentes antenas de televisión. Con sus 231 m, es una de las construcciones más simbólicas del skyline madrileño.

Véase también[ ]

Fuentes[ ]

  • El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de Wikipedia, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.